el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 2 de febrero de 2017

NUEVO MES, NUEVAS LECTURAS

Bueno, tardé un poquito en volver a postear porque estaba a full con un libro bastante voluminoso y con mucho para leer.
Me refiero al tomo de MAD´s Original Idiots dedicado al genial Will Elder, quizás el más virtuoso, el más salvaje, el más rupturista de los dibujantes de la legendaria revista que empezó como comic-book. Elder es una bestia con más superpoderes que Amazo. Es el que más loco te vuelve con la sobrecarga de efectos de iluminación, crosshatchings y detalels microscópicos. El que te llenaba cada viñeta de información y de gags visuales chiquititos, casi imperceptibles (muchos de los cuales no estaban en los guiones), mucho antes de que lo hiciera Francisco Ibáñez. El que más limaba con eso tan típico de MAD de dibujar las cosas distintas de una viñeta a otra. Y además el tipo que dominaba 1.574.892 estilos: acá lo vemos desarrollar el propio y además parodiar la estética de los comics de terror de la E.C., la de Elzie Segar, la de Harold Foster, Al Capp, Rudolph Dirks, Walt Disney, George McManus, Harold Gray, Frank King, Phil Davis, Chic Young, los primeros dibujantes de Archie y un montón de artistas plásticos. Son 200 páginas repletas de magia, vértigo y descontrol, donde vemos pelar a un tipo tan adelantado a su época que cuesta creer que son historietas de principios de los años ´50.
Por supuesto, estas historietas también impactan por los guiones, todos obra de un Harvey Kurtzman afiladísimo, que sale con los tapones de punta a faltarle el respeto a todo lo que huela a convencional, tradicional, a cosa bien vista por el establishment o la autoridad. Kurtzman se zarpa con la cantidad de texto por viñeta, es cierto, pero tira unas frases y unos chistes maravillosos. Me imagino lo que se habrán reído los pibes de aquella época con estas historietas y me dan ganas de profanar su tumba para darle un abrazo.
Salto bestial a Argentina, año 2016, para hablar un poquito de Mute, una historieta escrita por Damián Connelly y dibujada por Gabriel Luque. Del dibujo esperaba muy poco porque uno, que es fan de Verdad, Memoria y Justicia, jamás le perdonará a Luque esa abominación hedionda llamada Operación Towertank (editada por Ivrea). Y claro, en los muchos años que pasaron desde aquel aborto, Luque mejoró bastante, especialmente en el dibujo propiamente dicho. En la aplicación de los grises, por ejemplo, alcanzó un nivel realmente formidable. Y en la narrativa, en cambio, sigue teniendo más problemas que la AFA. Cada vez que una secuencia parece cobrar ritmo y fluir con cierta elegancia, choca de frente contra una splash page totalmente innecesaria, o con elecciones muy bizarras en materia de planos. Hay 10 páginas seguidas narradas de forma muy interesante, que son las que desembocan en la orgía de sexo y canibalismo. El resto, parece confuso a propósito, como si eso sumara algo.
El guión tampoco ayuda a la claridad del relato. Connelly abusa del recurso de narrar la historia “en desorden”, intercalando escenas del pasado con otras del futuro. No está mal, no te llega a marear, pero te distrae del argumento en sí. Connelly juega también a narrar con muy pocas palabras, lo cual hace que Mute tenga esa impronta efectista, de alto impacto visual, pero nos deje gusto a poco en materia no sólo de diálogos atractivos, sino de profundidad en el desarrollo de personajes. Las causas y consecuencias de las cosas que pasan no están del todo explicadas, y quizás se deba a que estas 70 páginas de historieta son algo así como un primer arco argumental dentro de una saga más extensa. La verdad que no lo sé, pero no sería descabellado que hubieran secuelas o precuelas de Mute en las que se explore un poco más el mundo en el que transcurre la acción y sobre todo en las que haya un equilibrio más logrado entre la machaca (que acá copa la parada como pocas veces en la historieta argentina reciente) y la indagación en los personajes y las situaciones que animan la trama.
Y hasta acá llegamos. Espero juntar varias lecturas más en los próximos días, así clavamos otra entrada en breve. ¡Hasta entonces!

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