el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 14 de abril de 2015

14/04: SE CONVIRTIERON EN HEROES


Y, no… La verdad que esto no da para ser evaluado como fuera una historieta. Hay muchas páginas en las que Liniers recurre a la narración secuencial, pero básicamente son chistes, o a lo sumo ilustraciones alusivas a distintos momentos de lo que fue el mundial de Brasil 2014, obviamente vistos a través del prisma personal del consagrado dibujante.
Esto es algo así como la secuela del álbum de figuritas del Mundial. Si alguna vez coleccionaste figus del Mundial, recordarás que estas tenían poquísima información, a veces sólo los nombres de los jugadores y a qué selección representaban. No había álbumes de figus post-Mundial, que contaran quiénes habían sido las figuras, qué promesas quedaron en el humo y los espejitos de colores, quiénes se consagraron, quiénes se hundieron, quiénes ascendieron al panteón de los dioses futboleros… Este libro cumple perfectamente esa función. Los chistes e ilustraciones de Liniers están hechos al ritmo de la crónica diaria, del minuto a minuto y desde el lugar de los hechos. Y por supuesto, no sólo dan cuenta de lo que pasaba adentro de las canchas, sino también del fenómeno social y hasta mediático que constituyó el Mundial. O sea que hay una mirada personal, novedosa, que también suma y hace que estas tiras no sean un repaso más de lo que dejó la Copa del Mundo.
Como siempre, corresponde hablar de lo bien dibujado que está todo. Te podés reir o no de los chistes, te podés emocionar o no cuando Liniers patea para ese lado, pero no se puede discutir que la calidad de los dibujos es alucinante, y que el creador de Macanudo salió a transpirar la camiseta y a superarse a sí mismo en casi todas las páginas.
Y como complemento, al lado de cada dibujo o historieta de Liniers, tenemos un breve texto del periodista especializado Daniel Arcucci, quien también cubrió el Mundial para el diario La Nación. Arcucci sabe muchísimo y además escribe muy bien (y además es de Racing), así que en las páginas en las que no hay dibujos, también hay información, algo de análisis y bastante emoción.
No me quiero extender mucho más, porque no da. Me conformo con recomendarles este libro a los fans de Liniers y por supuesto a los fans del futbol que quieran atesorar una crónica distinta del inolvidable Mundial de 2014. Si estás como loco esperando la Copa América, o si todavía hay días en los que te sorprendés a vos mismo cantando “Brasil decime qué se siente”, rendile un pequeño tributo a la Selección de Sabella calzando este librito en tu biblioteca de historieta y/o humor gráfico.

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