el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 29 de agosto de 2014

29/08: HELLBLAZER: DEATH AND CIGARETTES

En otro de sus habituales suicidios, a principios de 2013 algún cráneo de DC decidió que ahora todos los personajes propiedad de la editorial iban a estar en el Universo DC y el sello Vertigo sólo iba a publicar material propiedad de los autores. La idea es casi buena, si no fuera porque para concretarla hubo que hachar a un título que llevaba 300 meses de publicación ininterrumpida y tenía como protagonista a uno de los personajes más complejos y carismáticos de la historia del comic, creado por Alan Moore en uno de sus períodos de mayor fertilidad. Así fue como el maestro Peter Milligan, que estaba al frente de Hellblazer desde el ya lejano n°250, recibe la orden que nunca creyó que iba a recibir: cerrame la colección en el n°300. Por eso, aunque parezca mentira, este es el último TPB de Hellblazer, y seguramente la última vez que los fans de John Constantine vamos a comprar una publicación en la que aparezca el ídolo, porque el Constantine del DCU huele a bosta radioactiva aunque los primeros números los dibuje el grossísimo Renato Guedes.
Así que este voluminoso TPB va a desembocar, irremediablemente, en la última saga de Hellblazer, en el cierre de esta ilustre y longeva serie que tantas alegrías nos dio. Y arranca muy bien, con la historia del Annual 11, que está apenitas estirada, pero que es fuerte, perturbadora y muy idónea para enganchar con Hellblazer a lectores que nunca se habían acercado a la serie. Después tenemos un unitario bastante bizarro, metido con forceps en el pasado tanto de John como de Piffy, y con el ídolo transformado (un ratito, nomás) en hombre lobo. Quizás sean las 20 páginas más olvidables de la Era Milligan.
Después arranca una saguita extensa, de 100 páginas, en la que el guionista hace un pase de manos increíble y planta las semillas de… un nuevo John Constantine. No quiero spoilear, porque es todo muy shockeante, pero de alguna manera Milligan nos vende (y nosotros compramos sin discutirle ni una coma) a un Constantine 2.0, sacado de la manga pero asombrosamente convincente. No sé si el guionista ya sabía que había que darle de baja a la serie, o si simplemente había tomado conciencia de que ese John de casi 60 años ya no estaba para vivir tanta peripecia y era hora de que su legado pasara a un personaje más joven (algo que en los comics de DC se hizo hasta el hartazgo). Lo cierto es que el pase de manos funciona muy bien y nos deja a un nuevo personaje con pasta de protagonista y a un villano excelente, al que hubiese estado bueno traer de vuelta más adelante.
Ahora sí, el arco final. Las 83 páginas que le ponen fin a todo. John muere de un modo totalmente impredecible, y aunque en esta serie la muerte nunca es definitiva, hay velatorio, hay consecuencias jodidas y hay un clima de “chau, muchachos, gracias por todo”. Al final, Milligan le reserva al ídolo un destino que –en una de esas- es peor que la muerte. Y se va por la puerta grande, con la satisfacción de haber escrito 50 números y un annual impresionantes, de haber creado a varios personajes importantes (con Piffy y su papá a la cabeza), de haberle pegado vueltas magníficas al elenco clásico y de haber mantenido muy alta la chapa de este personaje tan genial como irrepetible.
Parrafito para hablar bien de los dibujantes: Los dos arcos extensos, el de 100 páginas y el de 83, están a cargo del siempre eficiente Giuseppe Camuncoli, muy bien complementado por las tintas de Stefano Landini. Camuncoli le pone todo a la puesta en página y sorprende con su trazo fresco, moderno, expresivo, muy gráfico y para nada contaminado por la triste epidemia de los Juan Carlos Flicker. Uno de esos dibujantes a los que uno, si fuera editor, quisiera tener al frente de ocho o nueve series mensuales. Y las 58 páginas restantes están a cargo de Simon Bisley, la Bestia, el legendario dibujante británico, responsable también de las portadas. En el unitario bizarro de los licántropos, parece volver (un toque) el Bisley de los ´90, el más cabeza, el que se jugaba todo a la machaca y la estridencia. Pero en el annual, la Bestia pone todo su talento al servicio del clima denso, de ese enigma asfixiante que envuelve pasado y presente y que casi no deja lugar para la acción. Ahí es donde realmente pela, y donde más se disfruta su simbiosis con la paleta del colorista Brian Buccellato.
Y nunca pensé que iba a decir esto, pero se acabó. No hay más Hellblazer. Al comic le queda un vacío imposible de llenar. Gracias, John, por tanta magia.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

q.e.p.d. hellblazer, un comic inolvidable

Anónimo dijo...

amen

Felipe dijo...

Requiscat in Pace, John...

...si puedes

Anónimo dijo...

la concha de tu madre di dio !

Anónimo dijo...

Entro muy de vez en cuando al blog y veo que Aggordi sigue siendo incapaz de escribir una reseña sin spoilear..

Anónimo dijo...

Entro muy de vez en cuando al blog y veo que Aggordi sigue siendo incapaz de escribir una reseña sin spoilear..

Anónimo dijo...

lamentablemente las ventas eran insuficientes. Como no daba ni un peso prefirieron probar metiendolo al mainstream.

Anónimo dijo...

¿Cuándo empezó la gilada de decirle aggordi? yo me acuerdo de amorfi...ese era gracioso y tenia onda, además de hacerme acordar a la banda Amorphis. Pero hacer chistes de la panza ya fue loco. Hay una foto en un comic de perfil que el chabón era re flaco, así que tengan cuidado ustedes, que no saben omo van a terminar. Más ensalada y jugo de frutos y menos grasas, gaseosas y trollear por los blogs.

Anónimo dijo...

No la re puta puta madre me quiero morir de la alegría. Vuelve la serie live action de The Tick justo que el otro día la descubrí una década más tarde (y los boludos me bardearon acá). Vieron? Ustedes no saben apreciar nada! Loco, es una de las causalidades mas grossas que me hayan pasado, me da escalofríos...
Ese es el poder de una serie de culto, hecho con cariño y pasión por gente que entiende y ama los personajes, no como vergas al estilo de Smallville, Arrow o los agentes poronga de Shieldsney.
Aguante la garrapata, Patrick Warburton y aguante la gente de Amazon que lo hizo posible. Chupenla boludos odiosos hijos de puta, todos ustedes saben quien son.

Anónimo dijo...

creo que dentro de poco vamos a poder agradecerle a milligan personalmente por su constantine...

Anónimo dijo...

"Hay una foto en un comic de perfil que el chabón era re flaco, así que tengan cuidado ustedes, que no saben omo van a terminar"

Sos el novio?

Anónimo dijo...

No, soy un lector.