el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 24 de agosto de 2014

24/08: AFRIKA

Lo más flojo que tiene esta novela gráfica del maestro Hermann es el protagonista. Dario Ferrer es el líder de una patrulla que recorre la sabana africana combatiendo a los cazadores furtivos. El tipo tiene una sola cosa en la cabeza: su misión, la protección de “sus” animales. Escena tras escena, Hermann nos lo muestra como un macho recio, callado, taciturno, de monolíticas convicciones, sumamente antisocial. En general, este tipo de personajes evolucionan a lo largo de la trama y, cerca del final, se replantean algo, aprenden algo, o dejan aflorar algo de lo que tienen reprimido en su interior. Este no es el caso. A lo largo de estas 52 páginas, Ferrer se ve obligado a trabajar en equipo con una periodista europea que claramente lo incomoda, a la que percibe como una intrusa en “su” jungla, como un obstáculo en su misión. Y así va a ser hasta el final. No esperes que la tensión que se genera entre los personajes se descomprima en un beso, un franeleo o –menos que menos- en un garche. Dario Ferrer es una especie de Punisher, valiente, decidido, lleno de recursos, sin resquemores a la hora de matar, mitad héroe, mitad bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento. Un personaje impasible, que responde a las situaciones extremas que le toca atravesar con medidas aún más extremas, pero sin desviar jamás su curso. Todo el tiempo estuve esperando que, aunque sea en la última viñeta, mostrara un rasgo más humano, una reacción más sensata… no hubo caso.
El resto de la obra me gustó mucho. Las locaciones, la trama, los personajes secundarios (especialmente Iseko y el gordito de bigotes que le quiere buitrear la mujer a Ferrer), los momentos que elige Hermann para detonar las escenas de acción, y sobre todo la forma en la que –cuando menos te lo imaginás- el belga urde una conjura política que rápidamente le suma a la novela una amenaza mucho más heavy que la de los cazadores furtivos. Por supuesto hay que resaltar también el ritmo anti-pochoclero que caracteriza a Hermann, su clásica aversión por la grandilocuencia y la estridencia. Esto queda muy claro cada vez que Ferrer mata a alguien y sobre todo en la secuencia del final, en la que el autor se las ingenia para contarnos… eso que hace Ferrer (perdón por no explicitarlo, pero sería un spoiler demasiado brutal) sin mostrarnos absolutamente nada. Podría haber sido, lejos, la secuencia más impactante de la novela, pero Hermann prefiere no graficarla y eso hace que cada uno de nosotros la imagine en su mente de una manera única e irreproducible, acaso más tremenda de lo que la imaginó el autor a la hora de pensar el argumento.
Esta es una obra de 2007 y a nivel gráfico no se diferencia mucho de otras obras Hermann del mismo período que ya vimos en el blog. Por ende, en vez de repetir conceptos, recomiendo hacer click en la etiqueta del autor y repasar las reseñas anteriores. No las de Comanche, que son obras de los ´70, cuando el dibujo de Hermann era muy distinto, sino cualquiera de las otras. Acá se suma la novedad de ver al maestro abordar los majestuosos paisajes de Africa y dibujar lugares y animales que nunca antes le habíamos visto dibujar, siempre en su estilo sobrio, realista, con espacio para rostros muy expresivos, y apoyado en una narrativa impecable y un trabajo magnífico con el color, hecho totalmente a mano.
Sigo sin tirarme de cabeza sobre las series más extensas de Hermann, pero cada vez que veo una de sus novelas breves, autoconclusivas, entro sin dudarlo. Por ahora, no me clavé nunca. Si sos fan de la aventura en parajes exóticos, con un tono muy realista en el que jamás se rompe el verosímil, sospecho que Afrika te va a gustar.

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