el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 19 de octubre de 2013

19/ 10: MORTIS Vol.3

Para su tercer y último tomo, Mortis vuelve al formato de antología que desplegara en el Vol.1: nueve historias con distintos autores y distintos protagonistas se ensamblan en un complejo tapiz, que incluye además referencias a las historias de los dos tomos anteriores e incluso a las aventuras clásicas del Dr. Mortis de los años ´70. Miguel Ferrada delega los guiones de unas cuantas historias, lo cual le permite redoblar esfuerzos a la hora de que todo lo que leemos mantenga una cohesión, una unicidad sin fisuras. Veamos qué onda las historias.
La primera es un “secret files & origins”, una historia breve en la que Ferrada remonta el legado de Mortis muy hacia atrás, muchos siglos hacia el pasado, com para asentar más firmemente la mitología del personaje. Lo acompaña Pablo Santander, un dibujante realista con una línea muy suelta, muy fluída, y además muy barroca, muy sobrecargada en los detalles, realmente personal e interesante.
Francisco Ortega (el guionista de 1899) y Abel Elizondo entrelazan la saga de Mortis con el supuesto ataque de los talibanes a las Torres Gemelas en aquel recordado 11 de Septiembre de 2001. Para llegar a esa revelación (a mi juicio pedorra, facilista, reduccionista) dan unas cuantas vueltas interesantes, por suerte. El dibujo zafa, no está mal.
En la tercera historia, Kobal y “Caoz” meten al mismísimo Mortis (graficado como en las historietas clásicas) en un jueguito perturbador de manipulación y venganza, narrado en tono casi intimista. Tampoco está mal, tiene su onda. El dibujo zafa por la aplicación de los grises con aguadas, no por la anatomía ni por las expresiones faciales, que son bastante limitadas.
Alfredo Rodríguez (el autor de Siento y Miento) reaparece en su rol de guionista, en una historia intensa, heavy, en la que busca cerrar un plot iniciado en el Vol.1, el de la hija de Mortis. El final es medio frutero, pero la historia se disfruta, te logra poner nervioso. El dibujo está a cargo de Juan Nitrox Márquez, un dibujante de estética realista bastante atractivo y sólido, del que quiero ver otros trabajos.
Martín Cáceres, un referente del comic chileno desde los ´90, aporta una serie de 10 ilustraciones que acompañan a sendos extos de Jorge Baradit, que no leí porque quería leer historietas, no textos con ilustraciones. Los dibujos de Cáceres, una belleza. En Reliquias vuelven Ferrada y Santander con otra historia canónica, importante para darle relieve al personaje del Padre Libby, el némesis de Mortis en la etapa clásica, de nuevo con muy buenos dibujos.
Ya muy cerca del final, cuando definitivamente se empieza a ir todo a la mierda y la invasión de nuestro mundo por parte del Mal Supremo ya es inevitable, Carlos Reyes y un poco original Rodrigo Elgueta nos narran las desventuras de un equipito de paramilitares que se enfrentan (con tristes resultados) a inenarrables aberraciones en una ciudad de Portugal. El guión se hace entretenido, a pesar de que siempre sabés lo que va a pasar.
En la anteúltima historia reaparece “Caoz” para dibujar una historia de Mauricio Ahumada también chiquita, lo fi, casi desconectada de la saga central. No está entre lo más destacado del tomo, ni en cuanto al guión ni en cuanto al dibujo. Y cierra la antología el mismísimo Ferrada, junto a un inspirado Danny Jiménez, que pela dos estilos distintos para narrar dos secuencias que transcurren en paralelo, una en el presente y otra en el pasado. El dibujo de Jiménez pela efectos y recursos tan zarpados que rápidamente eclipsa a la historia y lo que amagaba con ser una cosa intrsopectiva, casi claustrofóbica, estalla en un despliegue memorable de imágenes muy, muy potentes.
Se terminó la historia. Ganaron los malos. Esta siniestra encarnación del Mal y la Muerte se apoderó de nuestra realidad y la va a hacer mierda. Por ahora, es eso, nomás. No hay metáfora, no hay subtexto, no se ve la intención de usar a Mortis para hablar de otra cosa. Simplemente (digo yo, como si fuera poco) queda clarísima la intención de Ferrada y su equipo de aggiornar a un concepto importante para el comic chileno de los ´70 y darle todas las vueltas de tuerca que hacían falta para seducir al lector de hoy. Eso se logró con creces. Veremos si más adelante se viene una nueva saga en la que alguien trate de hacerle un aguante a este villano de infinito poder.

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