el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 17 de mayo de 2013

17/ 05: HEARTS OF SAND

Esta es una edición yanki perfectamente clonada de la francesa. Incluso el título está perfectamente respetado: la historieta de Philippe Paringaux y Jacques Loustal, originalmente publicada en 1985 en las páginas de la revista A Suivre, se llamaba Coeurs de Sable, ni más ni menos.
El género es raro. Es una aventura cuasi-clásica, a la que Paringaux y Loustal se esfuerzan por des-enfatizar. Los bloques de texto y los dibujos nos transmiten belleza, elegancia, sofisticación, romance, poesía de alto vuelo... y sin embargo a la trama la impulsan la lujuria y la violencia más vulgares. Hay muchísimos tiros, cuchillazos, piñas, garches, violaciones y un primer plano memorable de la heroína pegándose un saque de merca. Esto, que podría estar contado como una peli de Indiana Jones para adultos, está contado como una de Wim Wenders. Y ahí, me parece, está el verdadero hallazgo de Coeurs de Sable.
El relato está bastante descomprimido, mucho más que en otras novelas gráficas europeas de los ´80, aunque no mucho más que en las otras obras de Loustal, que evidentemente se siente cómodo con ese ritmo más pachorro, más contemplativo. No creas que Paringaux utiliza ese “tiempo extra” para ir a fondo en el desarrollo de los personajes. La elección de narrar todo desde los bloques de texto, es decir, de prescindir de las “voces” de los personajes, cuyos diálogos casi no vemos más allá de alguna cita entrecomillada, hace que tengamos pocas pistas acerca de los rasgos más profundos de la personalidad de cada uno, e incluso en buena medida de sus motivaciones. Con el correr de las páginas más o menos te cae la ficha de qué se proponía cada uno y por qué, pero Paringaux no lo explicita, no lo hace para nada obvio.
Y aún así, con esa limitación, con esa marcada toma de distancia entre el lector y lo que le pasa a los personajes, con esa brecha entre lo que sucede en la trama y lo que nos muestra el guión, Coeurs de Sable es una historieta que logró atraparme. Por el misterio, por lo original de varias situaciones, por sus personajes medio enigmáticos y medio perversos, por el propio impacto de lo que les toca vivir a Baby, Robert y Eva, y por el final, donde se descorren algunos velos y las piezas terminan de encajar, especialmente para Robert, que durante casi toda la obra es el héroe, pero además el boludo, el personaje que va a contramano de la trama y se pega los palos más jodidos.
En realidad, tanto la descompresión del relato, como la onda sofisticada de los textos, como la elección de no meter globos de diálogo, responden a lo mismo: a apuntalar por todos los medios el dibujo de Loustal. Porque claro, estamos ante un dibujante tan especial, tan único, tan genial, que la novela podría no tener guión y muchos la compraríamos igual, porque la dibuja Loustal. Maestro absoluto del color y la composición, Loustal coquetea con las artes plásticas un poquito menos que Lorenzo Mattotti. Sus viñetas (como las del italiano) podrían enmarcarse de a una y exponerse como cuadros en cualquier museo. Sin embargo, Loustal cuida mucho la narrativa, no se conforma con poner una imagen alucinante al lado de la otra. No te digo que se podría entender el 100% de la novela sin leer los textos, porque hay un extenso tramo en el que Paringaux narra tres secuencias en paralelo, cortando las escenas de a una página, y eso requiere sí o sí el apoyo de los textos para no marearnos. La línea del prócer frances, por su parte, tiene una mezcla subyugante entre la elegancia y la freakeada. Hay detallitos, cositas que desentonan, que parecen virar hacia algo más raro, más grotesco, más visceral, y esa especie de “contradicción interna” enriquece mucho la lectura, hace que le prestemos MUCHA atención al dibujo. Un dibujo que alcanza su punto más alto cuando Loustal establece el clima de cada escena con esas tomas panorámicas casi siempre en formato “widescreen”, imposibles de olvidar por su magistral laburo en la perspectiva, los detalles y las atmósferas, que impregnan a todas las viñetas posteriores.
No sé si Coeurs de Sable es una historieta para que disfrute cualquier tipo de lector. Obviamente, si te gusta el dibujo, vas a flashear con la magia que pela Loustal. Pero el guión puede resultar medio piantavotos, por esa decisión medio extrema de des-enfatizar la machaca y tomar distancia de lo que les sucede a los personajes que –repito- viven una aventura fuerte, de gran intensidad y muy ganchera, a pesar de que Loustal y Paringaux nos intenten convencer de lo contrario. Ahora, si sos fan del comic europeo de los ´80, sabés que esto es paponga de primer nivel y que vale la pena esforzarse para conseguirlo, en la edición que sea.

2 comentarios:

M. Florencia Bordas dijo...

Siempre me sorprende leer reseñas tuyas de libros que van de autores europeos no tan reconocidos o indie americano. Siempre digo, que te lleva a comprar esos libros? Compras de todo un poco sin saber o te informás antes de comprar? Te recomiendad tus comiqueros? O recibis mucho de arriba y lo lees por compromiso?
Con la historieta argentina lo entiendo, o supongo que entiendo.

Andres Accorsi dijo...

Este en particular lo compré porque me gusta mucho Loustal. Lo sigo desde los ´80, cuando aparecía en varias antologías de comic paar adultos, tanto en Europa como en EEUU.
En general, manejo alguna data acerca de las obras o los autores antes de comprarlas. Y a veces no, a veces me tiro de cabeza sobre algún libro porque emite una radiación, un aroma, algo que me resulta atractivo, o me intriga.
De arriba recibo mucho menos de lo que me gustaría ;)