el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 30 de marzo de 2012

30/ 03: EDGAR ALLAN POE: CUENTOS

Tercer año de blog, tercer libro de adaptaciones al comic de cuentos de Edgar Allan Poe. Ya tuvimos uno de Richard Corben, uno del Viejo Breccia, y ahora uno de Horacio Lalia, el maestro del terror gótico. Los tres adaptan, por ejemplo, El Corazón Delator. Y hay más adaptaciones de ese cuento, tal vez cuatro o cinco más. Por ahí se podría hacer un libro con todas las versiones. Lo mismo para El Extraño Caso del Sr. Valdemar, que lo vimos adaptado por Breccia, por Carlos Giménez y ahora por Lalia, y estoy seguro de que lo reversionó también Berni Wrightson. Estaría bueno para comparar desde dónde encara cada autor el texto, por dónde le entra, qué deja, qué saca, qué pasa por encima, en qué ahonda, qué imágenes lo conmueven como para convertirlas en viñetas...
Hay muchas formas distintas de plantearse la adaptación al comic de una obra literaria (lo comentábamos hace casi dos años cuando hablábamos de aquel libro de Corben) y Horacio Lalia, especialista en estas lides si los hay, representa cabalmente a una de las aproximaciones más frecuentes, aunque no a la que a mí más me gusta. Lalia se casa con el autor literario. Lo venera, jura amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe. Entonces sus adaptaciones parecen resúmenes de los cuentos con muchas ilustraciones. Se nota que a Lalia le duele en el alma cada palabra que Poe puso en su relato y él omitió en el suyo. Si fuera por él, dejaría el cuento entero. Y compensa esta especie de traición dejando la vida en cada viñeta, en cada trazo.
El resultado es visualmente impactante. El talento de Lalia para dibujar historias de terror es –a esta altura- más indiscutible que la inoperancia de Macri, y si te gusta el dibujo realista, oscuro, con mucho énfasis en los climas, fondos laburadísimos y primeros planos tremendamente expresivos, seguro tenés allá arriba al co-creador de Nekrodamus. Los problemas pasan más bien por la narrativa. Cuando te sentás a leerlas, las historietas de Lalia parecen un cúmulo de cinco o seis excelentes ilustraciones metidas en una misma página y bombardeadas por bloques de texto que les disputan –y a veces les ganan- el protagonismo. Casi no hay escenas en las que la imagen se hace cargo de llevar adelante la narración. En cambio sobran las escenas en las que el texto cuenta TODO y el dibujo ilustra (y al hacerlo reitera) un pedacito de lo que dice el texto. Si no te gustan demasiado los textos de Poe, las historietas de Lalia corren el serio riesgo de aburrirte.
Por supuesto, hay adaptaciones más logradas que otras. Hop-Frog, por ejemplo, no tiene desperdicio. A lo sumo tiene un par de esos palos que se suele pegar Lalia cuando adapta cuentos, esas páginas en las que el orden natural de lectura (de arriba a abajo y izquierda a derecha) no fluye naturalmente, porque hay un cuadro, un globo o un bloque de texto que se interpone, que te hace dudar qué corno leer primero y qué después. Pero le sobra lo que a otras adaptaciones le falta, que es ritmo. Y un aprovechamiento al mango de la espectacularidad y el dramatismo de lo que narra Poe en su cuento. A nivel gráfico, me voló el bocho la muy breve versión de El Retrato Oval, con menos masas negras y un trabajo exquisito de aguadas y tramas mecánicas. El cuento no me interesó en lo más mínimo, pero los dibujos de Lalia tienen un vuelo y una belleza alucinantes.
En realidad, si lo que más te gusta es el dibujo, este libro es altamente recomendable. El mundo crepuscular de Lalia, con sus castillos, sus cadáveres y sus criptas se complementa a la perfección con la atmósfera tortuosa y grotesca de los cuentos de Poe y de ese mestizaje salen imágenes realmente hermosas. Ahora, como historietas propiamente dichas, algunas de estas adaptaciones tienen más problemas que hallazgos, por eso me cuesta recomendárselo plenamente a los viñetófilos más exigentes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Andres ¿cúal de las tres adaptaciones recomendarías a un lector que gusta de Poe pero no lee historieta?
Tornado

Andres Accorsi dijo...

La de Lalia, sin dudas.

Anónimo dijo...

Gracias por la respuesta, ahora sé que regalar.

Tornado

gonzalo dijo...

Estaría bueno que haga libros ilustrados, entonces, porque si narra mal y el valor del dibujo es mas bien decorativo, directamente que haga ilustraciones y deje todo en un dibujo por escena.

Anónimo dijo...

Horacio Lalia es un grandísimo historietista, pero tiene cosas que no me gustan, que es justamente las paginas que hacen perder el orden de lectura, tengo varias historietas hechas por el que en muchas ocasiones te mande la flechita para que uno como lector sepa para donde tiene que seguir leyendo, eso me parece que está mal, porque el mismo se da cuenta es confusa la lectura y te manda la bendita flecha que hoy en día no la utiliza ningún artista, después el resto Lalia es grosísimo, pero para mí tiene esa falla de las flechitas je.
Enrique.-