el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 8 de diciembre de 2010

08/ 12: EDDY CURRENT


Hubo un tiempo que fue hermoso, en el que de la nada aparecía un nuevo genio del comic y lo dejaban hacer lo que se le cantara la chota. No en una editorial: en varias. Créase o no, Eddy Current se publicaba en la editorial Mad Dog Graphics AL MISMO TIEMPO que Transit (de la editorial Vortex), a la que ya comentamos. Lo más loco es que Eddy Current era mensual! O sea que mientras duró Transit, Ted McKeever (el genio en cuestión) realizaba en 30 días 28 páginas de Eddy Current y unas cuantas de la otra serie. No es ilógico que en un punto haya abandonado Transit para concentrarse en un sólo trabajo.
En realidad, lo más loco es lo que sucede en Eddy Current. 12 episodios que narran cada uno una hora en la vida de un pibe que está internado en un manicomio porque le faltan un par de jugadores y que –de pronto- logra escapar para cumplir su sueño: impartir justicia en la gran ciudad como lo hace en los comics su superhéroe favorito, The Amazing Bróccoli. Un transtornado mental que juega al héroe nos recuerda enseguida a Don Quijote, pero hay que hacer dos salvedades: 1) McKeever nunca dice que Eddy piró por leer demasiados comics de superhéroes. Sabemos que está chapita y que es fan a muerte de The Amazing Bróccoli, pero una cosa no nos permite inferir la otra. 2) Si bien hay algunos pasos de comedia, sobre todo en la primera mitad de la obra, Eddy Current no es una sátira, ni una farsa: es sórdida, jodida y perturbadora de verdad, en sintonía con el grim ´n gritty más salvaje de su época (1987-88).
O sea que estamos ante una tragedia, matizada con algunas situaciones sumamente disparatadas, pero también con un vuelo poético de bizarra intensidad, con gore, violencia y con un clima totalmente dark y ominoso. Como en Transit (y más tarde en Metropol), la gran urbe cumple un rol absolutamente central. La ciudad de McKeever vive, late, acecha, oprime, chiva a lo bestia, es un protagonista más. Y como en el final de Transit (y más tarde en Metropol), McKeever explora a full la locura, no sólo en Eddy, también en Nun y en algunos de los villanos. El nivel de desquicio es apabullante, traumático, por momentos aterrador. Y lo mejor: el autor no lo usa como excusa para que pase cualquier cosa, para irse a la mierda con el argumento y explicar cualquier fruta con la locura de los personajes.
Y también como en Transit, McKeever descubre a José Muñoz una vez que tiene dibujados un par de episodios. Para el tercero, ya empezamos a ver cómo McKeever abandona gradualmente las tramas mecánicas para volcarse a un claroscuro visceral, radical, y a meter manchas y climas re-de Muñoz, y a exacerbar su expresionismo para el lado del maestro argentino. Después se nota también cómo el ídolo se ceba mal con Bill Sienkiewicz, y se embarca en otra estilización, más extrema, más loca, que le exige manejar más técnicas. Y para la segunda mitad de Eddy Current ya se puede ver el Estilo McKeever auténtico, esa bola de demolición que lleva más de 20 años acumulando chapa y ejerciendo una influencia difícil de resistir en un montón de autores más jóvenes.
Y me desdigo de todo lo anterior, al mejor estilo candidato que acaba de ganar una elección: En realidad lo más loco de todo no es ni el ritmo de producción con el que se hizo esta obra, ni su contenido. Lo más loco es que haya sido realizada entre 1987 y 1988. Esto es un comic 100% contemporáneo, se lee como algo hecho anteayer y de vintage no tiene un carajo. Okey, no es actual porque ya es imposible que McKeever evolucione en 12 entregas de una serie lo que evolucionó a lo largo de estas 12. Pero el guión, el tono, la narrativa, la técnica, el tratamiento de los personajes, todo eso es comic del dos mil y pico. ¿Cómo pueder ser que en los ´80 esto no pareciera demasiado alienígena, ni pasado de rosca? Porque estaba de moda experimentar, abrir la cabeza, jugarse por cosas nuevas. Es así, nomás: Hubo un tiempo que fue hermoso.

4 comentarios:

Junior dijo...

dicen que a McKeever lo descubre Gibbons en una convención.El resto de la historia me cierra con esta reseña.Muy buena.

Cuestionador dijo...

McKeever es un maestro, y este comic lo tengo pendiente hace banda. Ojalá DC reedite los 3 elseworlds que hizo con McLofficier y Roy Thomas.

Anónimo dijo...

Vamos ROJO carajo!!!

Perdon.

Juan Romero dijo...

Que lastima que ya no haya mas autores como estos, yo en los 80 comiqueaba en los kioscos de las ramblas y en aquellos tiempos viajaba a mundos de zona 84,cimoc etc, un saludo.